Desafíos comunes del equilibrio de género

1. Las mujeres expertas en temas sustanciales como política o economía no son suficientes, o no hay.

Varios medios informativos ya han demostrado que es una falacia al mostrar que hay mujeres expertas altamente calificadas disponibles para comentar sobre cualquier área temática. En algunas regiones y países, los hombres dominan el gobierno y los puestos de alto rango y hacen que encontrar estas mujeres sea más difícil, pero no imposible. Muchas organizaciones han confeccionado bases de datos con mujeres expertas con el objetivo de ayudar a los periodistas a diversificar sus coberturas Algunos medios informativos incluso han creado sus propias bases de datos internas, y así brindan a la redacción fácil acceso a fuentes femeninas.

2. Es difícil encontrar o acceder a fuentes que sean mujeres

Encontrar fuentes femeninas es difícil solo si está acostumbrado a confiar en las contribuciones provenientes de hombres. Expandir las redes e incluir a más mujeres puede requerir un mayor esfuerzo inicial y un aumento de confianza, especialmente en los países donde la cultura hace que las mujeres sean privadas de la posibilidad de hablar con los reporteros, pero es un esfuerzo que vale la pena ya que le ayudará a diversificar su cobertura y acceder a nuevos e interesantes puntos de vista.

3. Las mujeres como fuentes se sienten menos seguras al hablar con los medios

Históricamente, las mujeres no han sido representadas en los medios con la misma frecuencia que los hombres y, por lo tanto, tienen menos experiencia.

Pero muchos medios informativos están trabajando en conjunto para aumentar el número de mujeres representadas como fuentes consultadas en sus contenidos. Con su iniciativa New Voices (nuevas voces), Bloomberg ofrece capacitación a los medios para mujeres expertas en las industrias financieras y los negocios.

4. Los editores siempre piden hombres expertos para confirmar lo que las mujeres expertas dicen

Un editor que requiere que un hombre confirme el punto de vista de una mujer experta es un ejemplo de estereotipo de género que nace del prejuicio de género institucional. Este comportamiento está enraizado en la creencia de que las mujeres son, por naturaleza, menos capaces que los hombres. Sin embargo, estas mujeres son expertas por sí mismas y no necesitan a los hombres para validar lo que dicen. Aunque desafiar el cambio de este tipo de comportamiento y pensamiento arraigado es difícil, se puede y debe hacer.

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